Bueno pues estamos en la semana de reflexión como yo la llamo, esa semana antes de una prueba en la que solo sales a dar paseitos algún día que otro, te das algún que otro masajito y parece que te vienen todos los dolores del mundo, semana en la que vas mirando al suelo y en la que todo lo que haces lo haces pensando en no lesionarte y en estar perfecta para ese día, ese día que estás preparando con tantos meses de antelación, ese día que llevas esperando un año para que vuelva a sucederse más y mejor, porque una carrera de ultrafondo no es solo la carrera, la preparación también es de fondo.
Este viernes 8 de abril de 2016 son las millas romanas, es una prueba a la cual tengo especial cariño porque además de ser en mi ciudad ( eso es jugar con ventaja) es una prueba en la que he colaborado muchos años y es la prueba que me hizo meterme en este mundillo, en esta locura.
Este año a sido diferente en relación a entrenamientos, este año a habido mucha gente que se a animado a probar lo que es el ultrafondo y eso me alegra un montón porque mientras que el año pasado hacía entrenamientos de 30km en soledad, este año tenía grupos para salir el día que quisiera y eso es muy bueno porque quiere decir que esta prueba se está haciendo cada vez más grande.
Hemos entrenado mucho para las millas, y aunque los ultimos entrenos han costado algo más, todos los días que saliamos a hacer un entrenamiento largo lo hacía con una gran sonrisa, la gente con la que he entrenado, excepcional, Isabel y Manolo por supuesto en todos los entrenamientos que han podido, mi padre, Isra que se a apuntado a alguno también, compañeros de batalla para los que todo esto es algo nuevo y mi Rosita que este año se a decidido a hacerlo, a entrenado mucho también y me a alegrado mucho pasar estos entrenos con ella, me recuerda mucho a mis primeros entrenos, confío plenamente en ti y sé que lo vas a hacer.
Hemos pasado muy buenos ratos investigando cual sería el recorrido de las millas de este año y transformando el track en muchas ocasiones como nos parecía.
Han añadido otra dificultad a la del año pasado, hay que subir al castillo de Alange, y no es por no subir ni mucho menos porque es un sitio chulísimo, el problema es que es de noche y espero terminar las millas este año con todos mis dientes.
Las sensaciones que tengo este año son diferentes, ya no son nervios de enfrentarme a lo desconocido, no son nervios de pensar como reaccionará mi cuerpo, soportara tantos km?? son nervios y ansiedad de que llegue el momento, de disfrutar, de ver si todo el trabajo que he hecho a servido para algo y logro mi reto de este año, ya el año pasado mis sensaciones fueron muy buenas y este año quiero que sean mejores porque si he trabajado más el resultado tiene que ser mejor.
Y después de todo el trabajo, de todos los entrenos, mañanas de fin de semana en las que nos cruzábamos con los que venían de fiesta, mañanas frías con tus mallas cortas, piernas al aire, tu cortavientos, tus guantes y bastones en mano, mañanas en las que cuando te levantas, tu único día de descanso, dices.......estoy "loca" pero te montas en el coche y vas a recoger a los que comparten contigo esa locura, se montán en el coche y dicen.....estamos locos...
La suerte ya está echada, el trabajo que había que hacer ya está hecho.
Y a los que lo intentan por primera vez mi único consejo, el único que como principianta puedo dar.......Aguantar y disfrutar, disfrutar y disfrutar desde el primer paso hasta el ultimo porque el ultimo irá acompañado de dos lagrimones que llevan el mensaje de......lo he conseguido.
A por las LXVII Millas Romanas 2016.
