miércoles, 28 de octubre de 2015

MIS PRIMEROS 100KM. LA MADRID- SEGOVIA (100km-24h)

Pues allí que nos presentamos, mi madre, mi padre, Israel y yo, aunque los unicos "locos" eramos mi padre y yo claro. 
La prueba salía a las 8:00 de la mañana y aunque era en octubre el día de calor prometía, unos 1800 corredores si no recuerdo mal saliendo de las torres kio en Madrid, yo nada más que miraba a todo el mundo y decía......donde me he metido, pero pa tras ni pa coger impulso.


 Recuerdo la salida.....todo el mundo corría, por supuesto yo no iba a ser menos hasta que mi padre me dijo......." cheee, tranquila, tu deja al personal, el que quiera correr que corra y me dijo algo que una vez metida en este mundillo he escuchado muchas veces " correr cuesta arriba es tontería", y bueno, cogimos nuestro ritmo....tranquilos, andando rapidito y corriendo en las bajadas, pero....yo iba sobrada....jejje, las primeras sensaciones....muy buenas, pasábamos un puesto de control, otro.... en fin, cuando empiezo estas pruebas voy poniéndome como meta pasar de un puesto de control a otro y después a otro y así poco a poco y con paciencia, prefiero no pensar en el km 20, que me quedan 80km para llegar a la meta.




 Empezó a salir el sol, cosa que en mitad del campo es de lo peor que te puede pasar....SOL, mi padre empezó a insistir con la comida, ves comiendo algo, aunque sea poco tienes que ir comiendo, pero yo no tenía ganas, simplemente no me apetecía y punto, Marlen, tienes que comer......ni cuando era pequeña mi padre me había dicho tantísimas veces que tenia que comer, pero claro yo como soy tan lista pues no me apetecía y ya está. Seguíamos nuestro camino y aquí conocí a Estrella y Abencio, pretorianos de Tomares. (Un club de ultrafondo de los que a cualquier carrera que vayas te encuentras a alguno de ellos, están por tos laos, pero merece la pena compartir vivencias con ellos porque son gente mu sala)  si te juntas con ellos el camino se te haría muchiiiisimo más ameno, fuimos un rato juntos en el que hubo una cosa que me dijeron que en ese momento dije....que razón teneis...." Niña, y ahora estarás diciendo tu.....porque coño mi padre no se habrá dedicao a jugar al ajedrez en vez de hacer esto", tuvimos unos ratos de risas con ellos.
Estrella y Abencio siguieron su camino y volvimos a quedarnos mi padre y yo.

Llegó mi hora de comer, ahora si tenia algo de hambre, y ahora mi estomago dice......tururu, que horror, no me entraba nada de comer, tenía el estomago cerrado del esfuerzo, el calor, los km que ya iban pesando....y ahí estaba mi padre.." Ves, te lo dije" Dios......como odio esa frasecita, pero que razón tenía, mi estomago no aceptaba la comida y si no comía, no podía tirar de mi cuerpo, llega un momento en el que el desgaste es tan grande que un trozo de plátano te recompone, un cachito de chocolate te da hasta escalofrios, unos frutos secos ni te cuento, la verdad es que no te das cuenta de la importancia de la alimentación hasta que pones tu cuerpo a esos extremos a ese desgaste en el que tu cuerpo para seguir si no ingieres alimento tira de musculatura y tira de todo lo que pueda y en el momento que ingieres algo.....bufff le has dado vida. No aceptaba la comida pero era consciente de que o comía o me quedaba tirada en mitad del camino a si que a pellizquitos conseguí comerme una magdalena y alguna que otra barrita energética.

Caía la noche y empezaban algunas cuestas un poco más duras de la cuenta en las que veía como la gente me adelantaba, empezaba a estar cansada y casi sin alimento no tiraba, mi padre estaba agobiado yo lo sé aunque él no me decía nada, sabe lo esencial que es comer y veía como poco a poco se nos echaba la noche y no habíamos cogido los frontales todavía, los teníamos en el siguiente puesto de control, pasamos por un hospital abandonado en mitad de la sierra que impresionaba verlo tan cerca, él no quería que nos parasemos porque nos cogía la noche pero yo necesitaba descansar, me sentía desvanecida, por mucho que quería.....no tiraba, no había manera, pero aunque fué despacio tire hasta el siguiente puesto, unos 10-12km más, nos acoplamos a un chico que llevaba una linterna y con el que estuvimos hablando un montón, es increible la cantidad de gente que conoces en las pruebas que te ayuda, que les ayudas, que te sacan de apuros y que no vuelves a ver
 Llegamos a Cercedilla, allí teniamos los frontales, chaquetas y ropa de abrigo porque ahora empezaba lo mas duro....la sierra, Isra y mi madre vinieron a esperarnos en algún que otro puesto, y este fué el ultimo, ellos se iban a dormir pero nosotros seguíamos nuestro camino, mientras cenaba (lo que podía) pensaba para mis adentros que lo que me esperaba no iba a ser facil, pero mi objetivo estaba claro y de momento no tuve que luchar con mi mente. (Mi cara en esta foto ya es un poema)

Empezamos la sierra, la subida a la Fuenfría, ya llevaba mi frontal, ropa de abrigo y los palos, empezamos a subir despacito pero con buena letra, llega un momento y esto me a pasado en todas las que he hecho que por más rapido que quiero ir mi cuerpo no responde, empezaba a pasarnos gente y eso me agobiaba porque mi dolor de piernas era inmenso, la espalda ni la sentía, el cuerpo ni te cuento, revueltisimo con la poca comida que ingería, con escalofrios de haber pasado un día de casi 40 grados por las cercanías de Madrid a el frío de la sierra y de noche, y además empece a tener sueño, empezaba a tener sensaciones que jamas había tenido, si, estaba poniendo mi cuerpo a prueba, lo estaba llevando a extremos que jamas pensaba que iba a aguantar pero alli estaba yo, con unos 70km a mis doloridas espaldas, seguiamos subiendo y esa maldita cuesta no terminaba, mi padre iba unos metros por delante, pasabamos gente que estaba en la cuneta con una especie de papel albal plata y oro, con el que se tapaban el cuerpo, después me explicaron que eso era una manta térmica.....yo la llevaba plegada y sin abrir de su plastiquito con lo cual por suerte no había tenido que echar mano de ella, veía como la gente se quedaba en el camino, mi respiración empezó a ser cada vez más fuerte incluso sonaba como cuando das un suspiro, empece con el botiquín, pastillas de glucosa, ibuprofeno en fin..... todo aquello que pudiera calmarme el dolor y que pudiera hacer que mi cuerpo siguiese, pero ya nada me calmaba el dolor, la cuesta no terminaba, los escalofríos y el mal cuerpo era inaguantable, mi padre unos metros por delante, me paraba a cada nada y dejaba caer mi cuerpo sobre los palos, benditos palos lo que ayudan, y lloraba, lloraba de dolor, lloraba de desesperación, lloraba porque llevaba más de 17 horas seguida andando sin parar, creo que mi padre todavía a día de hoy ni lo sabe pero bajaba la cabeza cuando me apoyaba en los palos y se me caían lagrimas como puños y gritaba, gritaba para mis adentros en mitad de la sierra por la noche donde llevaba una leve luz y no escuchabas nada, nada más que el ruido de los palos golpeando contra el suelo y algún que otro murmullo de aquellos que iban hablando, era cuestión de un minuto o dos y cuando levantaba mi cabeza me decía susurrando para mí, vamos, vamos, puedes hacerlo y vas a hacerlo, estás dejando tirados en la cuneta o en cualquier puesto de control a todos los que en la salida te pasaban corriendo, a todos aquellos que veías con un material técnico de la leche y que aparentemente eran maquinas del deporte, (cosa que nada tiene que ver porque todos nos podemos ver en malas situaciones, hasta las maquinas del deporte, pero yo tenia que animarme a mi misma)


 Termino la fuenfría, en los puestos de control me tiraba al suelo fuese donde fuese, eso era lo que menos me importaba, mi padre me levantaba las piernas y me masajeaba como si a él no le doliesen las suyas, el se encargaba de traerme algo para comer y de sellar mi rutómetro, yo seguía andando pero no me pidieses mucho más, la cuesta terminó pero yo ya estaba muerta, aunque era una muerta que podía seguir andando, increíble lo que tu cuerpo puede aguantar, llevaba alguna que otra ampolla pero....nada preocupante. Para tirar de mi a ratos, mi padre me daba de la mano y me llevaba, o cogía una punta del palo y yo agarraba la otra para poder aligerar el paso porque sino no llegábamos, pero yo me soltaba, aligerar el paso???eso era mucho para mi.

Empezó a amanecer y ya se veía Segovia, dios mio estábamos llegando y a la entrada de segovia, lo que me repetía una y otra vez era que yo no volvía, ya lo había probado, ya sabia lo que era el sufrimiento, ya sabía lo que era poner tu cuerpo a prueba y saber hasta donde puedes dar, yo no volvía a hacer algo así, por Segovia, iba agarrada al palo con el que mi padre intentaba aligerar el ritmo, me caía, daba traspiés porque no podía más, el cansancio era inmenso, despues de recorrer todo Segovia, de repente entramos en una calleja estrecha y mi padre me hizo soltar el palo con el que me ayudaba, las calles estaban solitarias, logicamente eran las 7:30 de la mañana, torcemos una curva y allí estaba..... el acueducto.....la meta, y por supuesto Isra y mi madre al final de la calle animándonos y esperándonos para darnos ese achuchón que por lo menos yo tanto necesitaba.

 no sabía si reirme o llorar, reía porque sentía una felicidad que no podría explicar con palabras, lloraba de emoción de todo lo que había sufrido y de lo que había conseguido, llegamos un cuarto de hora antes de que cerrasen la meta pero todavía traíamos gente detrás, ya estaba en la meta, ya lo había conseguido y yo, que en la salida me veía como una mindungui sin preparación suficiente para afrontar ese reto al lado de tios como un castillo y de tias super fuertes a los que algunos poco a poco había dejado atrás, había llegado, había recorrido 100km corriendo ( al principio, claro) y andando y todo esto en 23 hora y tres cuartos. No cabía en mí de alegría, de orgullo, de felicidad, ahora me tenía que subir al podium para hacerme la foto, eso fué una odisea que mejor me la ahorro, pero como podeis ver me hice la foto...jejeje. 


Y despues de todos esos momentos de llanto por la sierra en mitad de la noche, de todo el dolor que traia y de todo lo que sufrí en esta prueba en ningún momento, en ninguno tuve que luchar con mi mente, mi objetivo estaba claro, iba a conseguirlo y lo conseguí.

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